"Dilo en voz alta y nos reímos todos: Manual (gamberro) de supervivencia en secundaria" - Fernando J. López (2016)

 


Sábado, 29 de mayo de 2021

Este libro con una lectura llevadera nos hace retornar a nuestra educación secundaria desde un punto de vista del docente, pero en el siglo XXI que con la tecnología todo cambia.

En este punto sabemos lo que pasaba en las aulas en el siglo XX siendo todo más analógico sin tanto componente digital, dado que en la última década de siglo empezamos con una cultura tecnológica básica dado que en ordenador hacíamos pocas cosas, se hacía todo a máquina de escribir con todo lo que conlleva, las búsquedas las hacíamos en la biblioteca del instituto o pública. Ahora mismo con todo lo que se tiene al alcance se hace más llevadero y rápido para los estudiantes de la misma manera que las nuevas maneras de saltarse las normas. 

Hiperprotección en las familias y aulas, lo sabemos, muchas veces no se sabe si es mejor otra época anterior o esta, una cosa que está clara es que son diferentes. Siendo en esta época donde se notan más las diferencias familiares, siendo muchas veces cruel. 

En el libro que me parece genial, narra el mal que han hecho las tecnologías en los padres, interconectados por una app que vulnera la privacidad y hace encabronar a todo el mundo con los grupos. Muestra los cambios entre generaciones. Con el tiempo los intereses van cambiando pero la vida en las aulas siguen igual, las técnicas de dar clase siguen siendo parecidas y ahora con más extraescolares. 

Desde mi punto de vista de exalumno, aunque me siga considerando uno de ellos, y con el paso de los años, y sin ser padre es que si lo fuera diría a mi hijo que si le mandan deberes a casa le dijera al profesor que los deberes se deben hacer en clase y él debería corregir los exámenes en su horario laboral de la misma manera que los alumnos no debería hacer los deberes en casa, las dudas que se tienen al realizar las tareas las debe resolver el profesor no los padres ni ir a las dichosas clases particulares.

Estoy convencido que ahora se lee más que antes en edades adolescentes, porque los padres ahora son unos pesados y dan mucho la brasa y antes se pasaba mucho más tiempo en la calle.

Sobre si los profesores tienen la obligación de educar o enseñar, mi punto de vista es que lo que tienen que hacer es enseñar y si educan que sea en la convivencia, los padres deben dar la educación aunque con el paso de los años considero que si la persona es inteligente se educa con las experiencias. 

En la parte de las excursiones viéndolo con retrospectiva, considero que es un marrón para los profesores, y los adolescentes actualmente se portan infinitamente mejor que los de la generación X o que la generación Y o millenial, eso sí, son más caprichosos y protegidos.

En líneas generales el libro me ha parecido entretenido, llevándome a 1990/97 que fueron y serán los años que marcan gran parte del futuro de cada persona, aunque sinceramente la época universitaria es la crucial para la vida de cada persona donde se encauza o se desvía.

Yo diría a los padres y a los profesores que al colegio y al instituto se va a aprender no a aprobar, y cada vez estoy más convencido, las notas no dejan de ser un número que no debe obsesionar.

Mi puntuación al libro es otro número 8'25/10


No hay comentarios:

Publicar un comentario