viernes, 30 de octubre de 2015

Capítulo 3. "El fango" Baltasar Garzón. El caso Gürtel

Lo descarado salta a la vista, y si hay más interesados más.

Ese fue el motivo por el que saltó este caso de corrupción, lo que canta, canta. Y no se debe expulsar a quien tiene demasiada información, de eso no se debieron dar cuenta en el Partido Popular. En definitiva, el escándalo saltó en toda España.  

Cuando aparece la financiación ilegal de un partido político y ese partido ha estado en el poder, y deslegitima la actuación de un juez, es porque algo esconde, y es que da la casualidad que siempre son los mismos, el dichoso bipartidismo de este dichoso país.

El autor del libro divide este  caso en diferentes tramas:

  • Trama valenciana: aquí se quedaron cortos de efectivos el Ministerio de Justicia, no daban abasto. El amiguismo se deja ver en la Comunidad Valenciana, pagando en A y en B, dicen muchas veces que hay amistades que matan, pero el refranero los políticos se lo pasan por el arco del triunfo, es España. Es como una vuelta al pasado, pero sin el como. De nuevo, la dilatación de los casos con políticos es eterna.
  • Trama vasca: la trama llegó hasta el punto de España más honorable, el País Vasco, pero por mano del PP llegó la corrupción económica, algo que es vergonzoso para la gente de la región.
  • Trama madrileña y Luis Bárcenas: aquí es donde nació todo, a escasos kilómetros de Madrid saliendo por la A6, salida noroeste. Y unas iniciales conocidas por todos los españoles L.B. un señor que al principio parecía un prepotente y después se ha ganado muchos corazones, así somos los españoles. Maneras de financiación conocidas en España como comisiones por obras públicas, sobrevaloración en servicios de lo que parte del dinero se desviaba como peaje para llegar al servicio, bueno, lo que se viene llamando corrupción pura y dura. Llega la situación a todos los ámbitos del PP, ministros, alcaldes, concejales...
En los papeles famosos de L.B. denota que se pagaron sobresueldos y gastos del PP.

Fuente: El País 
Se podría considerar este caso como mafia, pero no como la italiana, sino como torpe y salchichera (de esa que provoca cáncer, pero en la sociedad).

F.C. fue camelando cada vez a más gente hasta tenerlos cogidos por los genitales, siendo una de las personas influyentes en este partido político.

La situación de este caso es un claro ejemplo de lo que es España políticamente hasta este momento en el poder, un grupo de jetas que sólo están en política por motivo pecunario importándole una mierda los ciudadanos de su ciudad, pueblo o país, los tratan como a imbéciles manipulados con sus migajas y una mayoría sin darse cuenta que es comida para hoy y hambre para mañana.



El PP y la justicia

En más de una ocasión se ha dicho que la política debería estar desvinculada de la justicia, porque si esa vinculación existe, lo que provocará es que la ciudadanía deje de creer en la justicia.

Lo que es más grave aún, es que la justicia persiga a los jueces por ir contra delincuentes, esa justicia que es totalmente injusta porque a los magistrados los colocan los partidos políticos, los que por alguna extraña razón actúan en favor de su benefactor (el que le coloca en esa posición).

Lo sorprendente es que en determinados caso siempre se resuelve en determinadas instancias por el juez más influenciable a priori pero que después les sale rana, porque hay personas que tratan de impartir cierta justicia.

En definitiva, estos casos son los que nos hacen dudar a toda la ciudadanía de los políticos y de los motivos que les han impulsado a la política, nada que ver con lo que realmente debería realizar que es ejercer sus funciones para el bien del ciudadano o habitante, no en beneficio propio.

Es más, impulsan un descrédito de la justicia.



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